Arthur Ignatius Conan Doyle, creador del célebre detective de ficción Sherlock Holmes
- Voz de la Sociedad
- 26 abr 2016
- 6 Min. de lectura

Nació el 22 de mayo de 1859, en Edimburgo, Reino Unido. Fue un escritor y novelista británico, creador del célebre detective de ficción Sherlock Holmes. Autor prolífico cuya obra incluye relatos de ciencia ficción, novela histórica, teatro y poesía. Estudió en las universidades de Stonyhurst y de Edimburgo, donde concluyó la carrera de medicina. Pertenecía a una familia católica irlandesa que había proporcionado varios ilustradores y caricaturistas, entre los que destacaban su abuelo John Doyle y su tío el ilustrador Richard Doyle. Entre 1882 y 1890 ejerció como médico en Southsea (Inglaterra). Para redondear sus magros ingresos publicó una novela de intriga, “Estudio en escarlata”, que se convertiría en el primero de los sesenta y ocho relatos en los que aparece uno de los detectives literarios más famosos de todos los tiempos, Sherlock Holmes
.
En un momento de auténtica inspiración, basándose en el modelo de Quijote y Sancho que tantos novelistas han utilizado, el autor creó al doctor Watson, un médico leal pero intelectualmente torpe que acompaña a Sherlock y escribe sus aventuras. En julio de 1891 empezó a publicar en la revista Strand Magazine las andanzas de su personaje, basado parcialmente en uno de sus profesores de la universidad, que abogaba por seguir estrictos razonamientos deductivos en todos los órdenes de la vida.
En 1868, Conan Doyle, con el apoyo económico de sus tíos, ingresó en la Escuela Stonyhurst Saint Mar’s Hall de la orden de la Compañía de Jesús, situada en la comarca de Lancashire, que era un centro preparatorio del Colegio Stonyhurst College, al que accedería dos años después, en 1870, y donde permaneció hasta 1875. Entre 1875 y 1876, continuó su educación en Austria, en otra escuela de la Compañía de Jesús, Stella Matutina, en la ciudad de Feldkirch.
En 1876, comenzó la carrera de medicina en la Universidad de Edimburgo, donde conoció al médico forense Joseph Bell, este profesor le inspiraría la figura de su famoso personaje, Sherlock Holmes. Allí destacó en los deportes, especialmente rugby, golfy, boxeo. En este periodo también trabajó en Aston (actual distrito de Birmingham) y Sheffield. A principios de 1880 se embarcó, para ejercer como cirujano en sustitución de un amigo suyo, en un ballenero denominado The Hope que durante seis meses navegaría hacia el Ártico. A los 22 años (1881) se graduó como médico y completó su doctorado sobre el “Tabes dorsal” en 1885. Sin embargo, recibió el doctorado cuatro años después. Fue en estos años cuando hizo una gran amistad con el también escritor escocés J. M. Barrie.
Mientras estudiaba medicina comenzó a escribir historias cortas. La primera que apareció publicada fue “The Mystery of the Sasassa Valley”, en 1879, en el Chambers’s Edinburgh Journal antes de que cumpliera los 20 años. Ese mismo año publicó su primer artículo médico “Gelsemium como veneno” en la British Medical Journal. En 1881, después de terminar su etapa universitaria, volvió a embarcarse como médico del buque SS Mayumba en su viaje a las costas de África Occidental.
En 1882, un antiguo compañero de clase, George Turnavine Budd, le ofreció trabajar con él en Plymouth, pero su relación con Budd fue difícil y terminó por establecerse por su cuenta en junio de 1882, ya con 23 años, en Portsmouth. Debido al poco éxito inicial, mientras no tenía pacientes, comenzó de nuevo a escribir historias como “The Mystery of Cloomber”, no publicada hasta 1888, la inacabada “Narrative of John Smith” y “The Captain of the Pole-Star” y “J. Habakuk Jephson’s Statement”, ambas inspiradas en las expediciones marinas realizadas por Doyle.
En 1885 contrajo matrimonio con Louise Hawkins, más conocida como Touie, con la que tuvo dos hijos: Mary Louise (1889-1906) y Alleyne Kingsley (1892-1918). Louise murió de tuberculosis el 4 de julio de 1906, tras la estancia de la familia en Suiza para que la madre se repusiera. Un año más tarde, después de 20 años de amor platónico con una mujer llamada Jean Leckie, Arthur y ella se casaron y tuvieron tres hijos más: Jean Lena Annette, Denis Percy Stewart (1909-1955) y Adrian Malcolm. Su segunda mujer moriría años después que él, el 27 de junio de 1940.
En 1891 se mudó a Londres para ejercer de oftalmólogo. En su biografía aclaró que ningún paciente entró en su clínica. Por lo tanto, esto le dio más tiempo para escribir, muy en especial aventuras del personaje que lo haría inmortal, Sherlock Holmes, pero que Conan Doyle jamás apreció. En 1893, harto de Sherlock, decidió darle muerte en la ficción junto a su enemigo mortal, el maligno profesor Moriarty; pero a causa de la presión de sus lectores, debió resucitar al detective en 1902, con “El sabueso de los Baskerville”. Doyle adornó a su personaje con ciertos rasgos muy reveladores de los estereotipos de la clase alta victoriana: afición a la cocaína, destreza en la música (sobre todo con el violín), bruscos accesos de euforia y de melancolía, misoginia y, por supuesto, patriotismo al servicio indiscutible del imperio inglés.
Además de las novelas de intriga, Doyle practicó el género histórico en “Michael Clarke” (1888), “La compañía blanca” (1890) o “Rodney Stone” (1896), así como el drama en “Historia de Waterloo” (1894). Son curiosas sus incursiones en la ciencia-ficción: “The Lost Word” (1912) y “The Poison Belt” (1913).
El autor sufrió una crisis tras la muerte de su hijo mayor en las trincheras de la Gran Guerra y se dedicó, con la energía que lo caracterizaba, a difundir el espiritualismo, sobre todo en “The Wanderings of a Spiritualist” (1921) y “The History of Spiritualism” (1926). Cuatro años antes de morir publicó su autobiografía, “Memorias y aventuras”.
Las novelas de Sherlock Holmes han suscitado un culto de gran arraigo tanto de los lugares e indumentarias del personaje como de su ficticio domicilio en Londres. Existe una vasta cantidad de publicaciones que se ocupan del personaje.
Dicho libro, que consolidó la fama de este escritor, sin embargo ha sido motivo de una curiosa historia. En época reciente, también escritor Rodger Garrick-Steele acusó a Conan Doyle de haber plagiado el texto, del cual habría sido autoría de un periodista amigo suyo llamado Bertram Fletcher Robinson. Y no solamente esto, sino que lo acusó de haber sido amante de la esposa de aquel, y de haber conspirado con ella para asesinarlo, con la idea de hacer creer que la muerte de Fletcher había ocurrido por causas naturales. Y acusaciones más graves e insólitas aún contra Conan Doyle, se concretaron en el año 2015, cuando el grafólogo español Jesús Delgado lo postuló como candidato de haber sido Jack el Destripador, en el libro de su autoría titulado “Informe policial: La verdadera identidad de Jack el Destripador”.
En 1900 escribió su libro más largo, “La guerra de los Bóers”. Ese mismo año se presentó como candidato para la Unión Liberal, pero a pesar de que era un candidato muy respetado, no fue elegido. Tras la Guerra de los Bóers escribió un artículo, “La guerra en el sur de África: causas y desarrollo”, justificando la participación del Reino Unido, escrito que fue ampliamente traducido. En su opinión, fue esto lo que provocó que le nombraran caballero de la Orden del Imperio Británico en 1902, otorgándole el tratamiento de Sir.
En el transcurso de los años se ha hecho famosa su afirmación acerca de un cuento de Robert Louis Stevenson (“El Pabellón de los Links”), declarando que era la cima misma de la técnica narrativa. No obstante su renombre, no recibió ningún premio a lo largo de toda su carrera.
Al estallar la Primera Guerra Mundial en 1914, intentó alistarse, a sus 55 años, como simple soldado raso. En su carta defiende que es fuerte y tiene una voz audible. Lo rechazaron, pero ayudó con la propaganda y con el apoyo de voluntarios civiles desde el Reino Unido. La muerte de uno de sus hijos, Kingsley, por una neumonía que contrajo en la guerra, le hizo estrechar su vínculo con los círculos del Espiritismo fundado por Allan Kardec, doctrina a la que dedicó mucho tiempo y energías, publicando además en 1926 “History of spiritualism” y defendiéndolo en sus numerosas polémicas, por ejemplo, contra su propio amigo Harry Houdini.
Murió en Crowborough, East Sussex (Inglaterra), el 7 de julio de 1930, con 71 años de edad, de un ataque al corazón. Una estatua suya se encuentra en esa localidad donde residió durante 23 años. Fue enterrado en el cementerio de la iglesia de Minstead en New Forest, Hampshire.
Komentar