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Urge romper cadena de contagios intradomicilarios


17 / 01 / 2021


  • Tenemos que interrumpir la epidemia ahora": Mauricio Rodríguez Álvarez, de la Facultad de Medicina

  • Sugiere el experto salir de los hogares solo para lo indispensable, usar cubrebocas y acatar medidas sanitarias

  • El 85 por ciento de los pacientes cursan la enfermedad en sus viviendas


Urge romper la cadena de contagios intradomicilarios por los numerosos de SARS-CoV-2 debido a la constante movilidad ya que las personas pueden contagiar el virus sin saberlo, hasta tres días antes de presentar síntomas, alerta Mauricio Rodríguez Álvarez, vocero de la Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia del Coronavirus de la UNAM.


Explica que los actuales casos de la COVID-19 corresponden a los contagios que se dieron durante las fiestas decembrinas y el 6 de enero, y se espera que haya más incrementos.


“Hay muchos casos de gente que se reunió, aunque fueron nada más dos familias, aunque fueron solo cinco personas, se juntaron y hubo contagios”, asegura.


Rodríguez Álvarez insiste en la necesidad de interrumpir la cadena de transmisión del SARS-CoV-2 y continuar con los cuidados preventivos. “Tenemos que romper los contagios en enero para no tener una epidemia mayor en febrero”.


El doctor en ciencias bioquímicas y especialista en enfermedades prevenibles por vacunación, dejó en claro que aun cuando inició la vacunación se deben mantener las medidas de sana distancia e higiene constante, toda vez que los efectos de la inmunización se verán hacia finales de este año o en 2022. “La epidemia está ahora y tenemos que interrumpirla ahora”.


Ante el aumento en el número de contagios al interior de los hogares, Mauricio Rodríguez aseguró que es necesario seguir medidas estrictas como: salir de casa sólo para actividades indispensables y evitar la convivencia con personas de otras viviendas, aún en grupos reducidos.


Sin embargo, en caso de que alguna persona en el hogar presente los síntomas de la enfermedad, es necesario comunicarse con un médico o servicio institucional, a fin de recibir atención y seguimiento, además de evitar la automedicación.


“Hay que intervenir inmediatamente para que se rompa la transmisión. Cuando alguien tiene signos, síntomas, tiene que bajar absolutamente la actividad, aislarse y ponerse cubrebocas”, señala el también profesor de la Facultad de Medicina de la UNAM .


Además, se deben identificar riesgos: si son mayores de 60 años, padecen enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión, obesidad u otra que demande mayor vigilancia sobre su evolución con la COVID-19, y continuar con sus tratamientos.


Destaca que, en general, se requiere monitorear la temperatura y la oxigenación de los enfermos, que cuenten con antiinflamatorio y medicamento para la fiebre; procurar que coman debidamente, tomen abundantes líquidos -de preferencia agua simple- y descansen.

Los primeros días pueden sumar síntomas para luego estabilizarse y, posteriormente, presentar menos cansancio, dolor o fiebre, lo que indica que su evolución es favorable.


Mauricio Rodríguez detalla: Pero si su oxigenación baja de 90 y presenta dificultad respiratoria hay que solicitar valoración médica, para ver saber si se requiere apoyo con oxígeno, medicamentos u hospitalización, con el objetivo de evitar llegar a una etapa crítica, en la que el deterioro es mucho más rápido.


Rodríguez Álvarez subraya que la mayoría de los pacientes, alrededor del 85 por ciento, cursan la enfermedad en sus casas. Por lo anterior, sugirió llevar a cabo diversos cuidados: el paciente debe estar aislado, de preferencia solo en una habitación; sus utensilios de comida lavarlos con agua caliente y detergente inmediatamente después de usarse; su basura debe retirarse en una bolsa cerrada y rociarla con alcohol o algún líquido limpiador.


Asimismo, que la familia use cubrebocas para evitar la reinfección entre los integrantes; la ropa del enfermo, incluida la de cama, debe colocarse en una bolsa y llevarse directamente a la lavadora; limpiar adecuadamente las superficies de uso común como perillas de puertas, apagadores, controles remotos, manijas de baño, entre otros. Y si el paciente está en condiciones, es preferible que él mismo limpie su habitación.


“No tiene que haber convivencia directa con el enfermo, no se sienten con él a ver la tele, a platicar en la sala o el comedor; él tiene que estar lejos, por lo menos los primeros siete días que es el periodo de mayor contagio”, finaliza el experto universitario.

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