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El arte es una forma de sortear la vida: Peñalta


  • En sintonía con el fenómeno psicológico llamado “pareidolia”, el cual consiste en ver rostros donde no los hay



Tras la búsqueda interior como artista, Peñalta da a conocer su obra inédita “paredolia” con el impulso de la Secretaría de Cultura a través de la Biblioteca de México la exposición Lecturas pétreas del artista plástico se inaugurará el próximo 24 de agosto a las 19:00 horas.


Se ha presentado en el Senado de la República, en el Museo Rufino Tamayo de Oaxaca y ahora en el Foro Polivalente de La Ciudadela en esta capital.


Se trata de una novedosa técnica que consiste en pintar sobre una piedra, intervenir y extraer de ella personajes y seres, ello en sintonía con el fenómeno psicológico llamado “pareidolia”, el cual consiste en ver rostros donde no los hay.


A seis años de su descubrimiento creativo, Peñalta describe su relación con el arte como el más estrecho nexo de vida “siempre viví del arte, desde niño y desde entonces mi conexión con él fue total, el arte sirve para soportar las situaciones difíciles, quien logra conectarse con el arte sube un escalón. Todo mundo quisiéramos que la vida fuera un gran lienzo en blanco, pero en realidad es una placa de mármol con vetas caprichosas y a cada uno nos toca comenzar a formar nuestra existencia”.


“El arte es el más efectivo y potente de los lenguajes y por eso lo que quiero transmitir independientemente de esa conexión íntima que mi propuesta es voltear a ver lo elemental que es la piedra, de ahí venimos, la piedra es la naturaleza y no perder de vista que la naturaleza manda a pesar de estos tiempos apresurados de realidades virtuales que se confunden”.


“Comienza así un esmerado diálogo con la piedra para desentrañar lo que quiere decirnos. Se irán descubriendo lenta y cuidadosamente las voces petrificadas que quedaron atrapadas durante tanto tiempo. Es gracias a este diálogo que irán surgiendo rostros vivos infundiéndoles aliento… O quizá, más bien, sea un monólogo en el que la piedra hace las veces de sugestivo confidente, y en el que cada quien invocará sus propias historias, deseos, miedos y anhelos. Acariciar la piedra deslizando los pinceles sobre sus venas petrificadas, buscando qué es lo que quiere decirnos, o quizá más bien, lo que queremos decir en estos tiempos nuestros” señala el artista.


El curador Fernando Gálvez de Aguinaga, describió la relación entre la obra literaria de Eduardo Casar, Josué Ramírez y Luigi Amara, ”magníficos escritores que se acompañan con fragmentos de otros autores clásicos o poemas completos que dialogaban con la configuración visual de Peñalta; su trabajo que vive de la pareidolia, establece una estrecha relación con la literatura, donde los espectadores encontrarán tensión dramática y gran vuelo poético”.


“Cada mirada será única, en su recorrido encontrarán figuras distintas, y es un honor tenerla en medio de los acervos bibliográficos de este país exponer en la sala donde Leonora Carrington recibió su primer homenaje en México después de su muerte”.


Sin duda la obra de Peñalta es “una apuesta muy singular de gran calidad que no vemos en el arte contemporáneo, es una obra que no se crea de forma absoluta por el artista, es totalmente interactiva, es el lugar donde el espectador formará su propia imagen”, dice el curador.


Durante la conferencia de prensa en pleno montaje de la obra Teófilo Huerta, subdirector de Enlace Interinstitucional de la Secretaría de Cultura, precisa “Peñalta despunta con su trabajo artístico tan singular en sus obras sobre piedra que motiva al público a soñar, donde con frecuencia advertimos este juego de buscar formas en las nubes, en las formas naturales”.


Bajo títulos como Niña migrante, Melancolía, Fumando Fuego, Miradas, El grito, Contemplación, Rostro, son 20 piezas de dos centímetros de grosor, y un promedio de 75 por 45 centímetros; destaca el trabajo como óleo sobre ónix, aunque algunas más son sobre mármol y cuarcita.


Peñalta, nace en la Ciudad de México el 17 de octubre de 1963. El dibujo en su vida es constante desde que tuvo en sus manos el primer lápiz, autodidacta, entregado a su proceso de creación artística por el goce del descubrimiento propio, al paso del tiempo y a través de sus pinceles descubrió al igual que un arqueólogo los rostros y seres que viven en las piedras. Su trayectoria artística es en solitario, pausada, entregada a la búsqueda en libertad.


Salvo su asistencia al taller del maestro Gilberto Aceves Navarro, sus estudios formales de pintura son tan básicos como los realizados por quienes pintaban en las cuevas de Altamira, Lascaux o Mulegé. Por ello se declara autodidacta.


Lecturas pétreas se inaugura el próximo 24 de agosto justo a las 19 horas, en el vestíbulo del Foro Polivalente Antonieta Rivas Mercado del recinto de La Ciudadela en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Es una invitación a que engañosamente dialoguen con la piedra


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