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Trauma y posparto: entendiendo el bloqueo funcional

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19 / 09 / 2025


La vida tiene sus altibajos; todos lo sabemos. Pero a veces los “bajones” son más que el estrés cotidiano o un mal día. Pueden ser consecuencia de un evento traumático o de una serie de experiencias abrumadoras.


El trauma puede ser algo que nunca debería haber ocurrido, pero ocurrió, o algo que necesitabas profundamente y nunca llegó.


Intimina, una marca dedicada a la salud íntima de la mujer, comparte más información sobre cómo el trauma puede convertirse en lo que se denomina un bloqueo funcional.


El bloqueo no es solo algo que está en tu cabeza. Es una experiencia que afecta a todo el cuerpo. Los cambios hormonales, como la disminución de estrógenos durante la menopausia, pueden afectar al hipotálamo, que regula el estado de ánimo, la temperatura y las respuestas al estrés.


Estos cambios pueden dificultar la regulación emocional, lo que aumenta el riesgo de depresión y bloqueo funcional. Pero siempre hay una solución, así que no pierdas la esperanza.

Trauma posparto


El trauma, ya sea por un solo evento o por experiencias repetidas, puede dejar al sistema nervioso en un estado constante de alerta. No se trata solo de situaciones extremas como accidentes o agresiones; cambios significativos en la vida, procedimientos médicos, traumas reproductivos y cambios hormonales también pueden actuar como desencadenantes.


La recuperación posparto es un claro ejemplo. Las investigaciones demuestran que las madres primerizas suelen enfrentarse a importantes retos emocionales, desde cambios de humor hasta sentimientos de impotencia.


En algunos casos, estas emociones pueden provocar que el sistema nervioso entre en una respuesta de paralización, lo que dificulta la búsqueda de ayuda o incluso el reconocimiento de lo que está sucediendo.


Dar a luz se considera a menudo uno de los hitos más felices de la vida. Sin embargo, para muchas mujeres, la recuperación es muy diferente. Una encuesta realizada por OnePoll para Intimina reveló que el 70 % de las madres consideran que la recuperación posparto es uno de los retos emocionales más difíciles a los que se han enfrentado.


Aunque la recuperación física puede llevar entre dos y tres meses, la recuperación emocional suele durar más tiempo. ¿Por qué? Porque el cuerpo no se recupera tan rápido. Tras un acontecimiento físico y emocional tan importante como el parto, algunas mujeres entran en una especie de parálisis funcional.

¿Qué es un bloqueo funcional?


El bloqueo funcional es la respuesta protectora del cuerpo ante un trauma, parte del mismo instinto de supervivencia que la lucha o la huida. Cuando el cerebro percibe un peligro, pero no puede escapar ni enfrentarse a él, puede dejar de funcionar con normalidad y crear un estado de bloqueo. Esto puede traducirse en un entumecimiento emocional, una desconexión del cuerpo o una sensación de inseguridad incluso en entornos seguros.


En la vida posparto, el bloqueo funcional puede manifestarse como una sensación de distanciamiento del propio cuerpo, dificultad para conectar con la pareja o una persistente sensación de apatía o desánimo.


Pero no se limita solo a las madres primerizas. Este mismo mecanismo puede afectar a cualquier persona que se esté recuperando de un trauma médico, emocional o sexual, atrapándola en un ciclo de desconexión y dudas sobre sí misma.


Aunque el bloqueo es la forma que tiene tu cuerpo de protegerte, puede durar mucho tiempo después de que la amenaza haya pasado, alterando el placer, la autoestima y la alegría diaria. Muchas madres que participaron en la encuesta de INTIMINA también informaron sentimientos de impotencia (50 %) y culpa (42 %), junto con dificultades físicas como cambios de peso, problemas con la lactancia o la recuperación de cesáreas. Para algunas, estas dificultades parecían incluso más difíciles que el propio parto.

Salir del bloqueo


Como se ha mencionado, la buena noticia es que el bloqueo funcional no es permanente. El sistema nervioso puede aprender que vuelve a estar a salvo mediante pasos constantes y suaves. Algunos enfoques útiles son:


  • Terapia: especialmente métodos centrados en el trauma, como EMDR.

  • Respiración consciente: respiración profunda e intencionada para calmar el sistema nervioso.

  • Movimiento consciente: yoga, baile, caminar o abrazarse sin presión sexual.

  • Tiempo en la naturaleza: conectar con la tierra y volver a conectar con el momento presente.

  • Autoplacer: explorar tu cuerpo de forma segura y sin presiones.

  • Reconstruir la intimidad contigo mismo o con tu pareja lleva tiempo. La comunicación y los límites son esenciales, y esos límites pueden cambiar a diario.


El bloqueo funcional no es una debilidad ni una señal de que estés roto. Es un instinto de supervivencia. Tu cuerpo está trabajando duro para mantenerte a salvo. Al hablar abiertamente sobre el bloqueo, lo normalizamos y hacemos que sea más fácil reconocerlo en nosotros mismos y en los demás.

Este estado de bloqueo puede desaparecer con paciencia, apoyo y autocompasión, creando espacio para el placer, la conexión y la sensación de volver verdaderamente a ti mismo.

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