No utilizar la vacuna COVID-19 como anzuelo político en la capital
18 / 01 / 2021
La 4T en la Ciudad de México lucra con la vacuna y engaña a la población, por lo cual, el vicecoordinador del Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional (GPPAN) en el Congreso de local, Christian Von Roehrich, pide a la jefa de Gobierno presentar una estrategia más clara sobre la aplicación de vacunas en la capital, desde una perspectiva transparente y alejada de los intereses de Morena y de la 4T en la capital
Dijo que este proceso, a nivel federal y local, es “engaño informativo” porque la Cuarta Transformación tiene dirigentes que están lucrando para incidir en las preferencias electorales frente al desgaste del Gobierno de la República y el de la mandataria capitalina.
“Todo se ha centralizado para que, de cara a las elecciones federales, los gobiernos de Sheinbaum y de López Obrador, concentren todo el poder electoral y les permita refrendar espacios en el Congreso local y federal, para sus grupos políticos”.
El legislador de Acción Nacional señala que esta hipótesis quedó confirmada desde el día que llegó a México la vacuna, donde funcionarios capitalinos y los secretarios Marcelo Ebrard, Jorge Alcocer y el director del IMSS mostraron más interés por la foto que por la forma de salvar vidas.
Hizo eco a los llamados para que el Estado y el Presidente López Obrador tengan corresponsabilidad en este proceso de vacunación, a través de una estrategia concreta y se repartan las dosis con celeridad en las entidades.
“El Gobierno Federal de Morena lejos de construir un escenario de salud para el pueblo de México, se ha opuesto a los elementos de transparencia en este proceso de la pandemia que le ha costado miles de vida al país”, indica Von Roehrich.
Agrega que el problema es la terquedad del Gobierno que, por un lado, no previó partidas suficientes ni transparentes para su adquisición y no cuenta con el equipo necesario para su transportación segura. “Prevalecen los discursos sesgados y engañosos, donde se nos dice que vamos de maravilla”.
Así, con la presión de muertes y la soberbia institucional, sólo resta, explica, ser optimistas para no pensar en una “catástrofe” aún mayor, porque lo negativo llegó desde el momento que el subsecretario López-Gatell vaticinó que no rebasaríamos las 60 mil muertes.
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