Compromiso reforzado para erradicar la “pandemia en la sombra” de la violencia contra las mujeres
24 / 11 / 2020
No se debe bajar la guardia frente a la agudización de la violencia contra las mujeres y las niñas observada durante la crisis del COVID-19, dijo este martes 24 de noviembre Alicia Bárcena, secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). “Hoy conmemoramos los avances logrados y hacemos un llamado a un compromiso reforzado para erradicar la violencia contra las mujeres y las niñas, la verdadera ‘pandemia en la sombra’”, declara.
Bárcena fue una de las oradoras principales del evento político de alto nivel La violencia contra las mujeres y niñas: la pandemia en la sombra, organizado de forma virtual por las oficinas regionales de las agencias del Sistema de las Naciones Unidas, y que contó con palabras de Christian Salazar, director Regional para América Latina y el Caribe de la Oficina de las Naciones Unidas de Coordinación del Desarrollo (DCO), y María Noel Vaeza, Directora Regional de ONU Mujeres para América Latina y el Caribe, además de ministras de la Mujer y representantes de la sociedad civil de la región.
De acuerdo con la información recopilada por el Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe de la CEPAL, todos los países de la región cuentan con leyes contra la violencia y 18 países han tipificado el feminicidio. “Sin embargo, existen limitaciones, especialmente de recursos fiscales, para ampliar la acción de los Estados en este ámbito”, asegura.
“Previo a la pandemia, un tercio de las mujeres no contaba con ingresos propios”, Bárcena, quien remarcó que “la falta de autonomía económica es un obstáculo adicional para las mujeres en situación de violencia”, indica.
Si bien destaca las medidas tomadas por los países de la región para enfrentar la violencia contra las mujeres, recopiladas por el Observatorio COVID-19 en América Latina y el Caribe de la CEPAL, Bárcena recuerda que las mujeres han estado en la primera línea de la respuesta al COVID-19 y están siendo particularmente afectadas por la crisis: tienen mayores tasas de desempleo y participan en mayor proporción que los hombres en sectores de la economía más golpeados por la coyuntura y de alto riesgo.
El 73% de los trabajadores del sector salud son mujeres, pero ganan 30% menos que los hombres en similares ocupaciones, expresó la alta funcionaria, quien llamó a invertir en la economía del cuidado, “que debe ser visto como un bien público” y que puede ser un catalizador de la recuperación pospandemia.
La Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, cuya decimocuarta edición se celebró en Chile en enero de este año organizada por la CEPAL con apoyo de ONU Mujeres, sigue siendo “una de las mejores plataformas para tomar compromisos orientados a garantizar derechos y para comparar prácticas tendientes a prevenir, investigar, sancionar, penalizar y erradicar el feminicidio y todas las formas de violencia contra las mujeres”, detalla.
Además, agrega Bárcena, en el trigésimo octavo período de sesiones de la CEPAL, llevado a cabo en octubre de este año de forma virtual, ministras y ministros de Relaciones Exteriores y altas autoridades de 33 países de la región firmaron una Declaración Política para una recuperación sostenible, inclusiva y resiliente en América Latina y el Caribe, que destaca la importancia de elaborar planes de recuperación que impulsen un cambio transformador hacia sociedades pacíficas, justas e inclusivas, en particular mediante la participación de todas las mujeres, las adolescentes y las niñas.
La secretaria Ejecutiva de la CEPAL también llamó a adherir la Campaña ÚNETE para erradicar la violencia contra las mujeres y las niñas, eel secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, que promueve “el financiamiento, la prevención, la respuesta y la recopilación de datos”.
“Tenemos que financiar un sistema de cuidado y un paquete fiscal que incluya servicios para prevenir la violencia y para propiciar la autonomía económica de las mujeres. Tenemos que prevenir con políticas nacionales de violencia cero. Tenemos que responder con medidas para que los servicios a las sobrevivientes de violencia de género se mantengan y se garantice el acceso continuo al sistema de justicia penal. Y tenemos que recopilar y desagregar datos, romper el silencio estadístico, con la participación de todos los actores de la sociedad”, afirma.
“Porque como he dicho previamente: La recuperación pospandemia en América Latina y el Caribe será feminista o no será”, concluye.
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