top of page

Cibercriminalidad y pandemia


06 / 04 / 2021


Por CARLOS RAMÍREZ


@Ciberagente

El aislamiento derivado de la llegada del SARS-COV-2 ha traído consigo un nuevo paradigma en todos los sentidos y para todo ámbito, me voy a referir particularmente al ramo del crimen, para el caso a la cibercriminalidad.


Internet y las tecnologías se han convertido en la columna vertebral para el desempeño de diversas actividades, desde ocio hasta profesionales, escolares y de comunicación entre usuarios gracias a la distancia física impuesta, internet nos deja en claro que las fronteras no existen, que el tiempo se rompe y la digitalización nos acerca.


Para sobrevivir hay que estar en movimiento, esta premisa aplica para todo sentido y actividad en los sectores laborales, con los distintos casos de personas que no pudimos detener nuestras labores cotidianas para seguir llevando el sustento a casa y si lo vemos desde otra perspectiva los criminales tampoco pararon solo se detuvieron a pensar en como migrar a un nuevo plano de operación, con la reducción de personas en las calles los robos a transeúnte, secuestros, robo a casa habitación, pasaron a ser suplantaciones de identidad, fraudes financieros, distribución de malware, extracción de datos y fraudes, todo a través de medios electrónicos o digitales para continuar obteniendo ganancias económicas.


Los delincuentes han sabido aprovechar la trasnacionalidad y conectividad inmediata, a la par del engaño y el resguardo que les dan los distintos dispositivos como computadoras, móviles o dispositivos especializados.


Basta con ir a la tienda de conveniencia de la esquina y pedir un móvil barato, con un sim (usualmente ya incluido) costear una recarga de tiempo aire y con ello operar con números obtenidos a través de redes sociales o proporcionados por algún conocido, para cometer estafas y fraudes presentándose como el banco, algunos utilizan las mismas grabaciones de las líneas de contacto para hacer más creíble la llamada por supuestos cargos y así obtener de voz propia de la víctima los dígitos de la tarjeta, la fecha de vencimiento y el preciado numero de seguridad, con lo anterior los delincuentes procederán a realizar compras en línea para así vender los productos a precio bajo, algunos otros realizan pagos de servicios a mitad del costo adeudado.


Ni se diga de las llamadas de familiares secuestrados o para el caso hospitalizados por la enfermedad imperante, en donde se solicita una cantidad a depositar en la misma tienda de conveniencia de la esquina la cual no pide requisitos mayores para la apertura de una cuenta, mas que un celular y número activo, el cual se pudo adquirir ahí.


La desesperación de muchas personas y el desconocimiento que tienen, los hace creer en todas las noticias que ven sin importar el medio en el que son difundidas, a esto me refiero con los blogs alojados en algún servicio gratuito que permiten a los usuarios publicar cualquier tipo de contenido, en la mayoría de los casos con encabezados que incitan el morbo de los usuarios para adentrarse y dar click, con ello sin pensarlo comienza la cadena de desinformación al replicar estos contenidos y peor aún el delincuente al monetizar su blog obtiene ganancias por cada vista.


Otros casos mayores tienen una especialización más técnica, en la cual los delincuentes logran utilizar malware de diversos tipos para ingresar al equipo de la víctima, diseminado a través de correo electrónico, con lo anterior logran obtener información confidencial para realizar extorsiones cuando se tratan de fotos usualmente explicitas de desnudos, de aquí otra variante, la suplantación de identidad.


Al hablar de una conectividad masificada y los tiempos de uso de tecnologías aumentando, muchos de los usuarios buscan un poco de popularidad o fama, dejando su privacidad a la deriva, con ello los delincuentes aprovechan esas fotos para suplantar y lucrar, vendiendo a veces contenido explícito de otras personas haciendo creer al comprador que es la identidad mostrada.


El aumento de consumo de pornografía infantil es un tema drástico que requiere atención, no existe justificación alguna para que delincuentes de lo más bajo y ruin tengan contacto y acercamiento a los menores (grooming) para ganar su confianza y posteriormente solicitar contenido íntimo, a la par de afirmar que esto se podría convertir en la antesala de la trata de personas.


Podría continuar narrando las mil y un cosas digitales que nos ha traído la pandemia en materia de cibercriminalidad, desde los ataques “usuales” hasta los casos mayores que son pertinentes a seguridad nacional.


Todos como usuarios debemos comprender que la prevención es un factor clave, que si existen dudas sobre temas digitales, pueden acercarse con gusto a resolverlas, siempre es grato sumar.

11 visualizaciones
bottom of page