¿La carne es débil?

15 / 10 / 2019

Folclor urbano

Por SALVADOR ESTRADA

chavasec@yahoo.com.mx

Dar vida es el don maravilloso que tienen las mujeres y muchas por lograrlo acuden al médico cuando no lo consiguen para someterse a un tratamiento y otras no quieren compromiso y rechazan ese don.

Las mujeres que no quieren embarazarse piden a gritos que el aborto se legalice y se organizan para marchar y presionar a las autoridades para que se dé la despenalización.

Los legisladores ante las manifestaciones que les reclaman se dicte la ley se ven “en aprietos” porque muchos de ellos profesan una religión que clama por la vida y extirpar el producto es un “acto criminal”.

El aborto, para la iglesia católica no es permitido porque lo considera un crimen, y pide a sus feligreses que se opongan a que los legisladores le den luz verde. Y así las mujeres están divididas unas en pro y otras en contra.

Sin embargo, algunas mujeres que se sometieron al aborto, cuentan, que en su vida queda un sentimiento de culpa, un dolor interno que no pueden explicar, un hueco en su alma difícil de llenar y en su intimidad, lamentan haber abortado.

El aborto ha permitido, desde hace muchos años en la clandestinidad, que los médicos que lo practican ganar mucho dinero porque las mujeres embarazadas lo pagaban “para cubrir su mal paso”, como se decía antes.

A esos médicos se les llamó los “espanta cigüeñas” y cuando se descubría una clínica dedicada a esos fines se hacía el escándalo en la prensa y los cirujanos iban a la cárcel porque el aborto está prohibido por la ley.

Ahora la ley permite en algunos estados del país la práctica del aborto antes de las doce semanas de gestación, pero las mujeres quieren la despenalización en todo el país.

Y en los congresos locales se han presentado iniciativas para legalizar esa práctica, pero las iniciativas se quedan “congeladas” o se pierden ante tantas propuestas.

La interrupción del embarazo es considerado delito en los códigos penales y las reformas a la ley tendrá que tipificar en qué casos o situaciones es permitido, por ejemplo, por una violación, o cuando peligre la vida de la madre por el embarazo, o por situación económica.

Las mujeres para no ser preñadas deben tomar medidas precautorias como es el uso del Diu y “la pastilla del día siguiente” y pedir a su pareja el uso del preservativo. Ya lo saben, pero no lo hacen, ¿la pasión las domina? O ¿la carne es débil?