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Patrones y chafiretes


10 / 10 / 2019

Folclor urbano

Por SALVADOR ESTRADA


chavasec@yahoo.com.mx

Los conductores de taxis después de sesenta años lograron unirse en un Movimiento Nacional Taxista no para reclamar derechos sino para pedir “regularizar a la competencia” para que sea leal, porque les quita pasaje y tienen menos trámites para circular y pagan muy poco por ello.


Los taxistas se quejan de que las empresas como Uber y Cabity o DiDi no pagan tarjetón, ni pasan revista, como ellos, entre otras facilidades de las que gozan.


Y aunque su movimiento puso de cabeza a la ciudad y se llevaron “muchos recuerdos familiares” eso no afectó para que platicaran con las autoridades y escucharan sus demandas y prometieran no hacer más manifestaciones.


Los taxis antes se llamaban “libres” y los usuarios hablaban de “tomar un libre” cuando se les hacía tarde y los autos eran de diversas marcas y colores hasta que se reglamentaron y “salieron los cocodrilos”.


Estos autos estaban pintados de negro y verde, con triángulos blancos alrededor que parecían dientes de cocodrilo. Después de ellos vinieron “los corales”, así bautizados por su color, y surgieron luego los “canarios”, taxis pitados de amarillo, para dar paso, en los noventa, a las “cotorras” bochos pintados de verde con el toldo blanco.


Ya en el dos mil, todos los taxis se pintaron de color vino con dorado y la ciudadanía los llamó “Iron man” porque esos colores recodaban al héroe de ese comic.


Y los actuales, los que fueron a la manifestación, son taxis blanco con rosa, aunque en la ciudad todavía se ven circulando a los “Iron man”.


Los taxistas antes eran choferes y también conocidos como “chafiretes” que se hicieron famosos porque Pérez Prado les compuso un mambo con el nombre del “Mambo del ruletero”, que dice entre otros nombres “soy el chafirete, yo soy el iquiricui”.


Pero eso quedó en la historia, ahora son “conductores” que ante la competencia se lanzaron a la lucha junto con sus patrones, los dueños de los taxis, porque ellos, los conductores no son propietarios de las unidades que manejan y son trabajadores del volante que “pagan por trabajar”.


Casi todos esos manejadores pagan 250 pesos diarios al dueño del vehículo que se los alquila y esos conductores también pagan su gasolina para circular.


Pero esa explotación de los patrones no salió en las pláticas y es necesario que los propietarios de los taxis sean justos porque no solamente tienen taxi, sino “una flotilla”, es decir más de cinco.


SI se va a reorganizar y mejorar ese servicio público los dueños de los autos-taxis, pueden pagar impuestos del dinero que reciben de los conductores y también darles Seguro Social. Y no sólo llevarlos al mitin y al paro para presionar a las autoridades “y llegar a un acuerdo”.


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