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Que todos paguen


6 / 06 / 2019

Folclor urbano

Por SALVADOR ESTRADA


chavasec@yahoo.com.mx

Después de crear el caos vial en la Ciudad de México y recibir recordatorios familiares de parte de los ciudadanos, que llegaron tarde a sus centros de trabajo o perdieron el día, los taxistas fueron escuchados.


Su “desfile por las principales avenidas de la capital” en demanda de que los “Uber” tengan las mismas obligaciones que tienen ellos para poder circular apegados a la ley, la jefe de gobierno Claudia Sheinbaum, ya les dio el sí y los “fifís del volante” tendrán que pagar tarjetón, y la revista vehicular que será algo así como cuatro mil quinientos pesos.


Los taxistas capitalinos, que están perdiendo clientes por “la culpa de esos advenedizos del “Uber”, ahora se verán obligados a mejorar su servicio para que estén en competencia.


Los “Uber” se distinguieron porque los autos son nuevos o seminuevos y los conductores “son amables” y acuden a tu llamado y para darte el servicio te dicen el precio y te cobran en tarjeta bancaria.


Y ese es un trabajo que incluye la tecnología vía telefónica cosa que los taxistas no tienen y cobran con lo que marca el taxímetro, que muchas veces está alterado o descompuesto y cobran a su antojo, por lo cual los capitalinos han cambiado a “Uber”.


En la gran ciudad circulan ciento cuarenta mil taxis, de los cuales alrededor de diez mil son “llamados piratas”, autos no reglamentados que circulan “con un amparo” y éstos son la competencia de los taxistas legales.


Pero la “plataforma Uber” cuenta con alrededor de ciento diez mil socios-conductores que son propietarios de los autos y ellos mismos los manejan lo que ha resultado un buen negocio para ellos porque son patrones y empleados a la vez.


Muchos fueron despedidos de sus empleos y con su liquidación compraron su auto.


Otros son licenciados en sociología, contaduría, filosofía y letras y hasta abogados que no tienen empleo y le entraron a la “chafiretiada” mientras alguien los llama para ejercer su profesión.


Los taxis recibieron el sí a su demanda porque para el gobierno capitalino el meter en cintura a los “fifís del volante” representa para las arcas de la tesorería capitalina unos buenos millones de pesos que ayudarán a “levantar a los pobres de su triste situación”.


Y como se trata de ayudar a los pobres, doña Claudia ya debe estar pensando en que los taxistas y los “uber-conductores” deben de pagar impuestos como todo trabajador.

¡Que todos paguen!


Su pago “seria especial” previo acuerdo porque sus ingresos no son fijos, hay días buenos y días malos, pero sea como fuere tienen que pagar y los dueños de los taxis, que no son los conductores, podrían registrarlos en el IMSS igual como muchos ciudadanos que inscribieron en el Seguro a las trabajadoras domésticas.


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