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Semana Santa


Folclor urbano

Por SALVADOR ESTRADA


chavasec@yahoo.com.mx

Empieza la Semana Santa y los turistas y los vacacionistas volverán a recorrer el “viacrucis” por los abusos de los vendedores de servicios y porque tienen que pagar cara su diversión.


Las autoridades anuncian que las playas y los centros recreativos contarán con mayor vigilancia policíaca, a fin de que tengan confianza los paseantes y se diviertan sin ninguna preocupación.


Sin embargo, los precios en hoteles y centros de diversión son excesivos y no hay control sobre ellos y si hay mal trato o abuso las quejas las recibirá la Procuraduría Federal del Consumidor y hasta ahí. Los afectados no verán un resultado favorable para ellos, porque sólo se multará a los infractores, si los hay, ¿verdad?


A los paseantes en esta Semana Mayor, la mayoría son creyentes, practican la fe cristiana, se olvidan de sus creencias y “le dan vuelo a la hilacha” y se endrogan por tanto gasto y su tarjeta de crédito queda saturada.


Después llegará el arrepentimiento “ya no vuelvo a salir en Semana Santa”. “Es una locura. Gente por todos lados, los servicios pésimos y los precios por las nubes”.


Los cristianos que se quedaron en la Ciudad de México acudirán a sus templos a cumplir con su religión y a reflexionar sobre la Semana Santa y la Pasión de Cristo.


Y en todos los templos, los fieles acudirán a orar por los malos y por los buenos y por el fin de las guerras y por los pobres y por los enfermos y por la salvación del mundo y por los que no tienen trabajo y por los gobernantes para que cumplan su deber y ya no roben y por el fin de los feminicidios y de los cárteles de la droga y por la seguridad y el combate a la corrupción y a la impunidad y…


Con tantas peticiones, el Señor está muy ocupado en atenderlas y realmente no toma en cuenta a los vacacionistas, quienes expiarán su culpa al regreso a sus hogares. “Cansados de sus vacaciones”, viajan en su auto y las casetas y las carreteras están con tránsito abundante, con una circulación, lenta, lenta, lenta. Y los paseantes, hartos de tanto gentío, anhelan estar ya en su casita”.


Al regreso, los menos socorridos de la fortuna irán al Montepío para obtener algún dinero y con él pagar sus tarjetas de crédito, bueno, darles un abonito, porque la deuda creció como una ola en el Revolcadero.


Así son las vacaciones de la Semana Mayor y así serán porque es costumbre, tradición y arrepentimiento, por lo cual en la Semana Santa lo mejor es estar en casa, meditar, reflexionar y en santa paz, cuestionarse, debido a que las campañas políticas arrancarán el Viernes Santo.


Entonces: ¿a qué vine, por qué estoy aquí, quién soy, a dónde voy, por qué ya no le voy al PRI y entonces a quién le voy? ¿Quién será el mejor Presidente, Andrés Manuel, Meade, Anaya? No sé por quién votar. Señor de los cielos, ilumíname. No dejes que entregue mi voto por el dinero o el regalo que me den los partidos. No permitas que me compren, Señor, soy tu devoto, pero ¿dime por quién voto?

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