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LA UNAM FORMA EMPRENDEDORES SOCIALES



Con iniciativas que contribuyan a dar respuesta a las necesidades de la colectividad y, al mismo tiempo, generen valor social y económico, la UNAM a través de la Facultad de Contaduría y Administración se forman emprendedores.


Esta labor se materializa mediante la Escuela de Emprendedores Sociales (EES), que nació en febrero de 2012 con el propósito de apoyar la formación de quienes tienen ideas o proyectos con sentido social, para que los materialicen, inicien y desarrollen.


Francisco Solares Altamirano, jefe de la EES, destaca que una de las principales actividades académicas que se ofrecen es el diplomado en Creación, Desarrollo y Dirección de Empresas Sociales, cuyo objetivo es formar emprendedores, asesores o directivos capaces de gestionar iniciativas innovadoras y sustentables que generen proyectos económicos, pero con una orientación social.


Menciona que las cualidades de ese tipo de emprendedor son básicamente las mismas que las de uno de negocios tradicionales, “la diferencia radica en que el primero busca satisfacer necesidades de la colectividad, lo que se traduce en una búsqueda constante por mejorar la calidad de vida de quienes la integran y puede tomar vertientes como la educación, la salud, la vivienda, el medio ambiente, la generación de empleos, los derechos humanos o la inclusión, entre otras”.


Algunas de sus características es que tienen como objetivo crear valor social; son capaces de identificar necesidades en ese aspecto; tienen la habilidad para desarrollar propuestas innovadoras y disponen de escasos recursos para llevar a cabo su labor.


Aunque su fin principal no es el lucro, a partir de estas empresas se logran ingresos y se crean fuentes de empleo formales, precisa.


Refiere Solares Altamirano que se requiere de una formación técnica o profesional, de sensibilidad con las demandas de las personas que, al no verse como negocio, no están en la mirada de la iniciativa privada o están rebasadas en la capacidad para ser atendidas por parte del sector gobierno.


La primera generación del diplomado inició en agosto de 2013 y ya estamos por terminar la cuarta. Las dos primeras estuvieron orientadas a formar alumnos de la FCA: contadores, administradores e informáticos, pero la experiencia nos ha demostrado que un emprendedor social no sólo se ubica en estas disciplinas, sino que también pueden serlo médicos, ingenieros, diseñadores industriales, trabajadores sociales, abogados, economistas, comunicadores y médicos veterinarios, explica.


Por ello lo abrimos a todas las carreras y programas de posgrado que imparte la UNAM, y de manera satisfactoria hoy tenemos en cada generación un promedio de 17 carreras diferentes y varios alumnos inscritos. “Esto nos ha fortalecido como Escuela de Emprendedores Sociales, porque en los grupos tenemos estudiantes que ya cuentan, en muchos casos, con experiencia profesional y laboral, que dan mayor solidez a nuestros proyectos y generan cadenas de valor”, enfatiza.


El diplomado consta de 150 horas estructuradas en nueve módulos: El emprendimiento social en México y el mundo; Ética y cambio social; Problemas socioeconómicos de México; Economía social y solidaria; Desarrollo sustentable y capital natural; Marco jurídico de las actividades no lucrativas; Financiamiento a empresas y proyectos sociales; Formulación y evaluación de proyectos de inversión social, y Administración estratégica de empresas sociales.


A través de esta iniciativa gratuita se han formado alrededor de 100 alumnos. Lo único que se pide para el ingreso es un proyecto de inversión social bien definido, “aquí se emprende, desarrolla y formaliza”, resalta el académico.


Entre los logros están la formación de grupos especializados y multidisciplinarios de jóvenes que, al estar unidos, pueden tener un mayor impacto con su trabajo. Asimismo, se ha conseguido “el fortalecimiento de nuestro claustro de profesores; hemos vinculado nuestros proyectos con instituciones que realizan labor similar a la nuestra y nos hemos acercado a inversionistas particulares que buscan colocar recursos en proyectos con impacto social”.


Asimismo, dice, han surgido proyectos exitosos como EMMA, Cultivando tu salud, dedicado a la hidroponía de hortalizas. “Hoy tienen una producción significativa y ya han vendido, de manera anticipada, seis meses de ella. Con este trabajo se han generado nuevas fuentes de empleo y se dan cursos para capacitar a gente y animarla a ser productiva”, reitera.


Otro proyecto es el de SUNFOCUS, dedicado a la elaboración y comercialización de calentadores solares de nueva tecnología de bajo costo y alta calidad, que ayudan a las familias mexicanas a disminuir el consumo de combustibles fósiles y promueven el ahorro, finaliza.


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